Fotografía cortesía: Asdrubal Díaz / Archivo.
Por: Staff de @SoloFutbol_VE
Este próximo lunes 21 de noviembre se cumple exactamente un año de un suceso lamentable, el cual resultó siendo una nueva página en el oscuro libro de la violencia en el país. Aquel domingo, que inició siendo de fútbol, terminó en un acto vergonzoso por parte de la Policía Metropolitana (PM) y otros cuerpos seguridad, en el que -sin un motivo específico- subieron a las gradas y reprimieron brutalmente a la afición del Caracas FC.
Precisamente los encargados de brindar resguardo y garantizar seguridad en el recinto fueron quienes atentaron contra los principios que, supuestamente, defendían. Ocultando los nombres que debían estar en sus uniformes, agredieron a cualquier persona que les pasara por delante, sin importar la edad o el sexo. Por si fuera poco, rompieron sillas del Estadio Olímpico de la UCV, el cual es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Podemos resumir que aprovecharon cualquier arma, blanca o hasta de fuego, que tuviesen al alcance para atacar y causar graves lesiones a muchos fanáticos del balompié criollo.
Sin embargo, esta nota no se basará en lo que hizo la Policía, sino en lo que logró la hinchada. Previo al incidente, Caracas y Petare empataron a 2 tantos, resultado que dejaba al club de la Cota 905 casi sin oportunidad de ganar el campeonato.
Una vez culminado el día, haciendo un balance de todo lo ocurrido, se podía pensar que muchos parciales del “Rojo” no volverían al estadio, y que las gradas se vaciarían, pero no fue así. El reencuentro del equipo ante su gente se dio en el Clausura y, contra todo pronóstico, las tribunas se mostraron incluso con mayor presencia; tanto así que en ese torneo corto se rompió el récord de asistencia para la institución. Ahora, un año después de lo ocurrido, Caracas ha duplicado sus registros.
Dicho todo esto, sólo queda aplaudir a una afición que recibió una fuerte zancadilla, pero que hizo todo lo posible para no tocar fondo, que luchó con cada recurso para levantarse, y que -a pesar de quedar sin instrumentos, producto del salvajismo policial- encontró la manera de que los cánticos que se originan en la Popular se escucharan con mayor pasión e intensidad. Hoy, esa fanaticada, esa barra está más consolidada que nunca, y en cada juego del cuadro “Avileño” se evidencia.
La próxima prueba será el domingo 20 (364 días luego del hecho ya mencionado), y por cosas del caprichoso destino, será ante el mismo rival de aquella vez: Deportivo Petare.
Que este día no se olvide, porque representa un gran ejemplo de superación. También debemos tener presente lo malo de esa noche, pues son cosas que debemos erradicar si queremos tener un mejor país.
